Los deberes del Estado, asumidos por los particulares, debe ser motivo de examen de los sectores políticos y sociales, dijo Andres Serrano Prada, presidente de la fundación Asilo San Rafael, al defender los dererchos de las personas discapacitadas por la vejez.
Por Bernardo Socha Acosta
Por Bernardo Socha Acosta
El Asilo San Rafael tiene 65 años de haber sido fundado y comenzó a funcionar con 50 abuelitos y hoy tiene 250.
Compromisos económicos
Hace tres años las directivas del Asilo San Rafael debieron de pagar al municipio de Bucaramanga 76 millones de pesos por concepto de Impuesto predial para poder acogerse a un Acuerdo de rebaja de esos cánones para el futuro.
Mensualmente el pago de servicios públicos asciende a 7 millones 500 mil de pesos, más el compromiso de cancelar una deuda por 120 millones a las entidades de servicios públicos. La Empresa Electrificadora multó recientemente con 50 millones de pesos al asilo por no tener contador. Igualmente se están pagando deudas a la Corporación Autónoma de la Meseta por derechos de alcantarillado y a la Empresa del Acueducto por el agua que consume el Asilo.
Buscar alternativas
Las personas que trabajan alrededor de esa causa consideraron necesario buscar el ingreso de uno de sus integrantes para que se convierta en vocero dentro de una corporación de elección popular, para comprometer al Estado en esas obligaciones de colaborar en atención para los discapacitados.
Es así como el presidente de la Fundación Asilo San Rafael, Andrés Serrano Prada fue propuesto para encabezar una lista al concejo municipal de la capital de Santander, con el fin de hacerse vocero de ese centro y otros que padecen las mismas necesidades, buscando ayudas oficiales. Andrés Serrano trabaja desde hace 20 años en labores sociales de este género.
Consultado por la Red (RedEsPiralSigloXXI) el dirigente sobre su postulación al concejo municipal de Bucaramanga, expresó que ese es su propósito con el fin de continuar haciéndole frente a un programa para beneficiar ancianos como es el Asilo San Rafael, donde reciben atención más de 250 personas.
El estado enemigo y verdugo
Espero al llegar al concejo municipal de esta ciudad, presentar proyectos que estén orientados a comprometer al Estado en el apoyo de estos programas, porque el gobierno a través de sus entidades se ha convertido más bien en el enemigo y verdugo de esos centros, con el cobro indiscriminado de tarifas sin ninguna contemplación y la aplicación de cuantiosas multas, como lo hizo la Empresa electrificadota, indicó Andrés Serrano.
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