¿Merezco la oportunidad?
¡Apóyenme!
Es el momento de las grandes
reformas. Seré útil. No debo perder la posibilidad de colaborar con el país y
los colombianos.
He sido y soy un reformador.
Es la característica del liberalismo Socialdemócrata. Por eso cuando estuve en
el Congreso apoyé las reformas Constitucionales propuestas por los Presidentes
López y Turbay. La Corte Suprema las declaró inconstitucionales, por vicios de
forma.
Respaldé con furor la reforma
propuesta por el Presidente Barco. Cuando los narcos de Pablo Escobar metieron
las manos y propusieron un referendo inconveniente, me jugué la vida
oponiéndome a su aprobación en la Comisión Primera del Senado, con Alfonso
Valdivieso y Luis Guillermo Giraldo. Años atrás había tramitado como ponente el
levantamiento de la inmunidad parlamentaria del capo de capos.
Para que se hicieran las
reformas, apoyé sin condiciones la propuesta de Constituyente. Participé en su
convocatoria como Ministro del Presidente Barco. Luego renuncié al Senado, solo
tres meses después de haber iniciado un período de 4 años, para ir a la gran
Asamblea. La Presidí al lado de Alvaro Gómez y Antonio Navarro. Se aprobó la
gran reforma constitucional, base de la paz y plataforma para las grandes
transformaciones.
En el Ministerio del Interior,
con el Presidente Samper, ejecuté por una parte y apoyé por otra, la
instauración y aplicación de los cambios institucionales, sociales y
económicos.
Busqué la Presidencia para
desarrollarlos y consolidarlos. Fui derrotado en tres ocasiones, en nombre de
la paz y de la guerra y de las promesas de cambios esenciales. Nada de eso se
dio. Colombia se atrasó, se frustró; se agudizaron todos sus problemas y siguió
la guerra.
Va a llegar la paz y con ella
la oportunidad de las reformas profundas que no se han hecho. Lo agrario, la
derogatoria de la ley 100 de salud, la educativa, la de justicia, la política.
La revisión a fondo del modelo económico. La defensa de los viejos y de los
pensionados. Muchas más.
Seré muy útil en esta
coyuntura. Con vehemencia y compromiso pero sin sectarismos. En todos los
aspectos seré un Senador ejemplar. Creo que merezco la oportunidad. ¡Apóyenme!