Rodolfo Hernández |
Gustavo Petro |
Por primera
vez en la historia, los colombianos votaron por un nuevo rumbo para el país al
elegir un mandatario lejano de la clase política tradicional: Gustavo Petro. Lo
acompañará Francia Márquez una activista medioambiental y defensora de la
justicia social, quien será la primera vicepresidenta afrodescendiente que
ocupará el segundo cargo más importante del país.
Las
votaciones superaron en participación a las de hace cuatro años, con el 58,09 %
equivalente a un total de 22.658.694 de 39.002.239 personas habilitadas. El
representante del Pacto Histórico se impuso con el 50,44% (11.281.013 de los
votos), frente al 47,31% (10.580.412 votos) del empresario Hernández, para
700.601 votos de diferencia. Además, aumentó el blanco que en primera vuelta
logró algo más de 300.000 votos, con un porcentaje de 1,73 % y en segunda
vuelta sumó más de 500.000 votos, con un porcentaje del 2,24 %; mientras que,
el voto nulo fue del 1,19 % (271.667 votos) y los votos no marcados equivalen
al 0,10 % (23.615 votos).
Jalily Covezdy Rojas |
Jalily
Covezdy Rojas, coordinador del Programa
de Ciencia Política del Politécnico Grancolombiano, realiza un análisis sobre
lo vivido en la pasada jornada electoral.
Primero,
analiza tres aspectos importantes a considerar teniendo en cuenta las cifras
que resultaron de las votaciones: Colombia se mostró dividida, el
abstencionismo bajó en la segunda vuelta y el voto en blanco creció.
Precisamente, este último dato da cuenta de que ninguno de los candidatos
llenaba plenamente las expectativas que muchos colombianos tenían de un
representante que fuera completamente coherente.
Los
resultados también indican que los dos candidatos interpretan un sentir del
país: no más a la corrupción, no más de los mismos, no más a la politiquería
tradicional. Ganó la postura social debido a que muchos colombianos que no se
sienten representados y se encuentran en las clases 1, 2 y 3, que buscan un
cambio y le apostaron a eso.
En cuanto a
la campaña de ambos candidatos, Covezdy analiza que el populista independiente
Hernández, desarrolló una estrategia que no fue la más acertada. Mantuvo un tono
autoritario y a la vez coloquial, le dio la espalda al debate, no se acercó a
su caudal electoral y se fue del país denunciando amenazas, eso sumado a la
falta de una propuesta política coherente, al desconocimiento de la
institucionalidad y de cómo gobernar en temas vitales como seguridad, salud y
desigualdad. Mientras tanto, la campaña de Petro fue efectiva. Se volvió más
ágil en recorrer el país y tuvo importantes acercamientos con la gente, buscó y
luchó los votos en los abstencionistas y en las alianzas, fue estratega, no se
notó desesperado o derrotado, pero tampoco triunfalista.
De acuerdo
con Covezdy, la distribución de votos obtenidos por cada candidato en las
regiones se atribuye a que el tono de Hernández pega en las zonas del centro
del país, donde las personas se identifican más con ese lenguaje, al tiempo que
hay una identificación debido a lo que han sido regiones que han sido golpeadas
por la guerrilla y por el Estado. Pero esto también habla de que en Colombia
aún se mantiene una cultura conservadora.
Petro, por su parte, ganó en regiones como Amazonas, Cauca, Nariño, la
Costa Atlántica y Chocó, que necesitan una voz de esperanza.
“La victoria
de un candidato de izquierda también representa un reto, por ejemplo, en cuanto
a las relaciones internacionales. Estados Unidos debe estar pensando muy
seriamente esta elección, porque puede llegar a que en Colombia haya una
economía más unida a la izquierda en América Latina y a otros gobiernos, lo que
podría favorecer a países como Venezuela, Nicaragua o Rusia”, concluye Covezdy.
Fuente: Jefatura de prensa de POLI
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