Estos son
unidades simples y visuales con pequeñas narraciones a través de cómic, video,
audio, texto, imagen, GIF o cualquier multimedia. Su aparición transformó la
forma de comunicarse al convertirse en una expresión social con amplio poder de
viralización acerca todo tipo de temas de la vida cotidiana: desde simples
curiosidades como la interacción en los medios de transporte masivo, hasta para
denotar opiniones sobre la política nacional, reseña una investigación.
Agrega que
aunque, su carácter cómico, efímero y coyuntural sea una de sus características
evidenciables, estas piezas comunicativas presentan en su composición elementos
y recursos retóricos que aumentan su proliferación, a tal punto que son un
fenómeno de estudio debido a la importancia que han adquirido. ¿Qué rol han
tenido en las muestras de expresión y opinión de los colombianos sobre la
política del país?
Los
investigadores se situaron en las dos protestas sociales más impactantes que ha
vivido el territorio colombiano en su historia: el 21N y 11S. La primera se
dio el 21 de noviembre de 2019, debido a la inconformidad generalizada (ya
no solo desde el centro de la capital, sino extendido en las regiones) por la
debilidad institucional en la lucha contra la corrupción, de la falta de
garantías para la educación superior y del incumplimiento de los acuerdos de
paz, lo que trajo como consecuencia el asesinato de líderes sociales en
regiones afectadas históricamente por el conflicto armado. El segundo fue
el 11 de septiembre de 2020, cuando las personas nuevamente se pronunciaron
tras el asesinato del ciudadano Javier Ordóñez por excesos de la fuerza
policial.
Hallazgos de la
investigación:
La
investigación recolectó 201 memes, 200 de ellos en formato de imagen fija (JPG
o PNG) y solo uno en formato gif. El 34 % de estos memes fueron creados a
través de plantillas existentes en la web; el 24 % fueron diseños originales,
incorporando fotografías tomadas en algunas manifestaciones, en eventos o
espacios políticos donde hacían presencia algunos funcionarios públicos; el 13
% fueron capturas de pantalla y texto; el 7 % fueron caricaturas; mientras que,
el 8 % restante no se clasificó para efectos del estudio.
La temática
más recurrente fue referente a la protesta social. Los memes generaban
recurrentes invitaciones a manifestarse, revelaban situaciones que se
presentaban al interior de las manifestaciones, comparaban las marchas en
Colombia con otros países, entre otros. También abordaban otras temáticas como
el desempeño del Gobierno Nacional, la actuación de la Policía Nacional y el
ESMAD, el comportamiento de los llamados ‘encapuchados’, pero también se habló
de vandalismo, aunque en menor medida. Esto refuerza la capacidad del meme de
ubicarse de manera ágil en contextos locales y globales.
¿Quiénes generaron
los memes?
La
investigación identificó cuatro grupos de creadores de los memes: los grupos
políticos declarados, pertenecientes a un movimiento, partido o iniciativa
política colombiana; los grupos sociales declarados, es decir,
ciudadanos convocados frente a causas sociales comunes pero que no hacen
referencia a ideologías políticas; los grupos políticos-social parodia,
quienes se constituyen bajo la supuesta afinidad a iniciativas sociales o
políticas con el fin de satirizarlos y hacerles críticas; y, finalmente, los
memes replicados, resaltados y analizados por medios de comunicación
tradicionales.
¿Cuál era la
intención de estos memes?
Detrás de
cada meme, hay una intensión comunicativa. El 53 % de los memes corresponden a
la categoría de sarcasmo e ironía, lo que evidencia que las críticas realizadas
a la gestión de asuntos públicos, inconsistencias institucionales y situaciones
presentadas en el transcurso de las manifestaciones son abordadas a través de
la sátira y la parodia como manera de burla y manifestación del descontento.
Con el 27 % sigue la categoría de reflexión o propuesta, que más allá de
exponer al público problemáticas sociales, pretende generar conciencia sobre
estos asuntos y su desatención, además de la responsabilidad que tienen actores
institucionales (referenciados como corruptos, permisivos o indiferentes).
Principales
conclusiones:
Precisamente,
las movilizaciones sociales en Colombia y la coyuntura de la pandemia
consolidaron la necesidad de plataformas digitales como un medio para canalizar
las expresiones e inconformidades, por ende, crecieron iniciativas de
comunicación, grupos de discusión y usuarios que distribuían contenido que
acudía al humor, la ironía y el sarcasmo del meme como entidad anónima que no
genera disputas sobre autorías o vocerías.
Ahora bien,
no es función del meme transformar a la sociedad o generar cambios radicales en
las estructuras de comunicación. Lo importante es hacer circular y generar
expresiones que pueden limitarse a la reacción temporal, pero que van quedando
en un archivo de memorias que son reactivadas en el momento en que los modelos
políticos y económicos colapsan y afectan la esfera pública y privada.
Además, los
memes y demás recursos digitales orientados a luchar contra las injusticias
sociales quedan en la inmediatez y el furor del acontecimiento, si no son
concretados en decisiones de políticas públicas, de reingeniería institucional
o de conciencia masiva de la necesidad de cambio.
“El meme se
convierte en un camino a otras formas de comunicarnos y hacer pedagogía, aun
con el riesgo de extremar las luchas ideológicas y quedar estatizados en la
viralización banalizadora o el humor momentáneo”, concluyeron los autores.
Consulte los
detalles de la investigación aquí:
https://revistas.unal.edu.co/index.php/bitacora/article/view/102368/84270
Fuente:
Prensa Politécnico Grancolombiano (Laura Ximena Orjuela -jefe de prensa- Colaboración
de Angélica Álvarez)
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